sábado, 5 de septiembre de 2015

La «espartana y austera» vida del presidente de Nigeria

INTERNACIONAL »
La «espartana y austera» vida del presidente de Nigeria
La Presidencia del país africano hace públicos los activos del mandatario Muhammadu Buhari para otorgar mayor transparencia al Gobierno
Eduardo s. molano
Cerca de 150.000 dólares en la cuenta corriente, cinco viviendas o una granja. Con esta lista de activos, hablar de «vida espartana y austera» parece ciertamente relativo. Sin embargo, esto es lo que asegura el portavoz Garba Shehu sobre la existencia de su representado: nada menos que el mandatario de Nigeria, Muhammadu Buhari.
Esta semana, como medida para otorgar mayor transparencia a un Gobierno -el nigeriano- salpicado en los últimos años de escándalos reiterados de corrupción, la Presidencia del país africano ha hecho pública la fortuna con la que contaba Buhari antes de su nombramiento el pasado 29 de mayo.
No obstante, el portavoz presidencial evitó hacer mención alguna sobre el coste de cada una de estas propiedades. O de sus acciones en Berger Paints y las entidades financieras Union y Skye Bank.
Por su parte, conforme a unas cifras igualmente hechas públicas, el vicepresidente del país, Yemi Osinbajo, cuenta, entre otras, con 900.000 dólares en cuentas bancarias.
Ya en noviembre del pasado año, el antecesor de Buhari en el cargo, el por entonces presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, amenazó con demandar a una página web que lo había catalogado como uno de los diez líderes más ricos de África. El portal richestlifestyle.com alegaba entonces que la fortuna del mandatario era cercana a los 100 millones de dólares. Para la Presidencia, la inclusión de Jonathan en la lista tenía el objetivo de retratarlo como un político corrupto. Finalmente, el nombre del presidente nigeriano fue eliminado de una lista, que sigue estando encabezada por el mandatario de Angola, José Eduardo dos Santos, con un presunto capital de 20.000 millones.
Para frenar esta aporía, el propio Buhari anunciaba a mediados de agosto la creación de un comité de siete miembros, en su mayoría académicos, para colaborar en la lucha contra la perversión económica que arrasa Nigeria, así como dar un giro al sistema penal.
«Su cometido es aconsejar a la actual Administración en la guerra contra la corrupción y en la implementación de las normas requeridas en el sistema judiciario de Nigeria», se aseguró desde el Gobierno sobre el nuevo comité.
Aquí, la experiencia es un grado. A finales de 1970, Buhari fue nombrado presidente de la Corporación Nacional Nigeriana de Petróleo y sirvió por dos años como comisionado federal (ministro) para el petróleo y los recursos naturales. Curiosamente y al contrario que sus rivales, en estos años, los ingresos del crudo no fueron a parar a sus bolsillos.
Porque el paralelismo resulta sonrojante. En febrero de 2014, el gobernador del Banco Central de Nigeria, Lamido Sanusi, acusaba a la compañía nacional del petróleo local —Nigerian National Petroleum Corporation— de saquear de forma sistemática los ingresos del oro negro.
Durante una comparecencia ante el comité de finanzas del Senado, Sanusi aseguró que, de 67.000 millones de dólares vendidos de petróleo entre enero de 2012 y julio de 2013, 20.000 millones continúan «perdidos». Sanusi sería finalmente apartado de su cargo.
No eran las únicas acusaciones, eso sí. En su reciente gira americana, el propio presidente Buhari pidió a su homólogo estadounidense, Barack Obama, ayuda para localizar y recuperar cerca de 150.000 millones de dólares que su Administración estima fueron saqueados de las arcas gubernamentales en la última década.
Fuga de capitales en el continente
Como asegura Léonce Ndikumana —profesor de Económicas en la Universidad de Massachusetts y ex director de investigación del Banco Africano de Desarrollo—, la fuga de capitales en el África Subsahariana durante el periodo 1970-2010 ascendió a 814.000 millones de dólares —teniendo en cuenta la inflación del último año.
De igual modo, el autor denuncia que, de cada dólar que entró en el continente en forma de préstamo por parte de la comunidad internacional en ese intervalo, hasta 60 centavos fueron desviados al extranjero ese mismo año . Unas cifras que llaman poderosamente la atención, sobre todo si tenemos en cuenta que la actual deuda externa del África Subsahariana es de 230.000 millones.
¿Es entonces el continente africano un «acreedor» de la solvente comunidad internacional? En parte sí, o al menos se puede considerar así a sus dirigentes.
En un informe, Transparencia Internacional denunciaba la voracidad adquisitiva de tres Presidencias del continente africano: Denis Sassou Nguesso (República del Congo), Omar Bongo Ondimba (Gabón, ya fallecido, aunque su hijo continúa con la estirpe presidencial), así como Teodoro Obiang (Guinea Ecuatorial).
Según corrobora la organización, a fecha de 2007, el Gobierno gabonés contaba con al menos 39 propiedades desperdigadas en territorio europeo, 17 de ellas registradas a nombre de su ex presidente, así como setenta cuentas bancarias (once de ellas a nombre del mandatario). Más «humilde» se mostraba, sin embargo, el sátrapa congoleño con «apenas» 18 residencias y 112 cuentas corrientes en Francia.
Noticias Relacionadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.